
Han grabado con sangre,
en tu piel tantas llagas,
y hasta las migajas
de tu bondad,
se comieron hambrientos;
tus palabras sinceras,
hoy están apagadas.
Se marchitó la flor
que en tu esencia anidaba,
esa inmensa amistad
que en tus brazos
a todos cobijaba,
¿Será que estaban tan ciegos ?
Pero no de los ojos...
¡Sino de sus almas!
Desmedido egoísmo,
invadió sin dar tregua,
y en tu caminar tranquilo
quedan tristes versos;
donde antes pintabas esperanza,
la música, se ha apagado.
Llegó la despedida,
lejos se oyen tus pasos;
y aquellos que tanto
te reclamaban...
¡siguen como si nada!
Solo quedan harapos,
aunque visten riquezas,
siguen buscando cobijo
en su flaqueza, perdidos,
diciendo llamarse amigos
despojaron al principe;
¡póbres tristes mendigos!
2 comentarios:
hace mucho que no entraba que maravilla tus escritos
bellisima poesía.saludos....alma
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